(1889-1976)
“Todo lo grande está en medio de la tempestad”
Filosofo alemán (nace en Messkirch). Aunque tenía vocación sacerdotal su salud delicada lo obligó a abandonar el noviciado y centrarse en el estudio de la teología, y posteriormente la filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, de la que fue docente y más tarde rector. Influido por Sobre los diversos sentidos del ente en Aristóteles, la obra de Brentano que recibió como regalo de su párroco siendo muy joven, comenzó a ofrecer nuevos puntos de vista sobre la filosofía tradicional, y a centrarse en el estudio del ser como nuevo punto de partida con el que revisar la Metafísica. Animado por Husserl, de quien fue discípulo y quien le enseñó las bases de la fenomenología, desarrolló su pensamiento en su obra más conocida, Ser y tiempo que, junto con varios escritos posteriores, tendría muchísima influencia sobre la filosofía posterior, sobre todo sobre el existencialismo (ya que su ontología abría el debate sobre el nihilismo), sobre el debate del Giro Lingüístico (al reconocer la relación entre Verdad y Lenguaje) y sobre la Hermenéutica, por sus aportaciones a la lingüística y la semiótica. Muere en Friburgo de Brisgovia, 26 de mayo de 1976.
LA HERMENEUTICA DESDE HEIDEGGER
OBJETIVO
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Hacer accesible la propia existencia, con el fin de desarrollar un despertar de si para si misma, que crezca desde las propias raíces de la existencia y tenga que ver con ellas.
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TEMA DE INVESTIGACION
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En cada caso la hermenéutica es relativa a la propia existencia.
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UN BUEN HERMENEUTA
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debe preguntarse por su carácter del ser
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EL SER
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se caracteriza porque no es sino en el “cómo” que representa el ser-posibilidad de sí mismo
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El proceso de hermenéutico es una transmisión, mediación, y comunicación que tiene sentido y que busca la trascendencia como ultimo significado de la relación del ser con su ambiente y consigo mismo.
El ser humano aspira a lograr un entendimiento de si mismo y de su propia trascendencia, de manera tal que pueda percibir su propia existencia desde su nacimiento hasta su muerte como una sola unidad.
Es Martín Heidegger quien le va dar un giro ontológico a la hermenéutica, incorporado la interpretación y la comunicación, no sólo como modos de conocer sino como parte del ser en sí mismo.
La comprensión no es, simplemente la de un sujeto que conoce y se relaciona con el objeto por intermedio de la comprensión, si no, que es el sujeto mismo que está presente con todo su ser ahí de un modo ya dado y que es parte integrante del mundo.
Heidegger da un paso más allá y nos dice que comprender o entender en última instancia, no es un modo de conocer, sino, es un modo de ser, es el modo de ser de aquel que comprende, o sea, es el ser mismo reflejado en su modo de conocer.
El comprender es una característica propia del ser humano. Pero dadas las características del sujeto, Heidegger va más allá, y sin desprenderse del concepto de sujeto lo profundiza y lo especifica, bajo el concepto de comprensión: como un hilo conductor que le va a dar unidad al sujeto, comportándose como un verdadero continente del sujeto.
La estructura de la comprensión no es ya la de un sujeto que conoce sino la de un ser que esta presente de un modo ya dado, es un ser que está en su totalidad; lo cual le da a la estructura hermenéutica de Heidegger lo fundamental, que es el Ser en el Mundo.
La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos cuya ruptura se encontraría en el viraje experimentado por su enfoque filosófico, por lo que es habitual hablar de dos etapas o momentos en su pensamiento. Digamos que esta escisión señalada por estudiosos y críticos de su obra, el filósofo nunca la aceptó:
Momento en que se sirve de la analítica existencial como instrumento o «prolegómeno» para replantear la pregunta tradicional de la metafísica, la pregunta por el «ser», como pregunta por el «sentido del ser» (claramente desde los primeros párrafos de Ser y tiempo). En esta etapa se concluye que el sentido del ser es íntimamente dependiente del tiempo, por esto podemos considerar la primera etapa como marcada por una búsqueda del «ser del tiempo».
Un segundo periodo en el que, como el propio autor señala, concibe su pensamiento como el desarrollo de una «historia del ser». El objetivo fundamental de esta «historia del ser» radica en la comprensión de los vínculos entre el desarrollo de la cuestión del ser en la filosofía y la historia de Occidente (aunque no señalado por muchos encarar este momento según este enfoque, nos lleva a reminiscencias hegelianas). Esta segunda etapa ya no pretende abordar el «ser del tiempo» sino que se encara frente a los «tiempos del ser», en este sentido puede ser comprendido en viraje que se produce en su filosofía.
REFERENCIAS:
REALIZADO POR: CAMILA ANDREA SUACHE ALVAREZ
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